KASHMIR – Extracto de Perfume 44% | El Rescate de un Perfume Olvidado

 

KASHMIR – Extracto de Perfume 44% | El Rescate de un Perfume Olvidado

 

 

Esto no huele a ahora. Huele a otra era. A otro aire.

 

Kashmir es un perfume que parece haber sido rescatado de una cómoda de caoba en 1940. No se comporta, no grita, no se vende: se manifiesta.

 

Su corazón es una joya olvidada: almizcle de Kashmir de 1990, tinturado con devoción y usado con el respeto de quien sabe que está trabajando con historia.

 

Ese almizcle es achocolatado, suave, dulce y empolvado, con la ternura de algo que aún huele a piel y la nostalgia de algo que ya no se fabrica.

 

La salida engaña por su ligereza: limón, bergamota, rosa y un toque anisado vintage que limpia, que abre.

 

Pero pronto empiezan a moverse los cimientos.

 

Un pachuli anterior a 1980 aparece, y con él una estela terrosa, oscura, dulce como madera húmeda, como cacao seco, equilibrado como un incienso tibetano.

 

Las flores —rosa damascena, jazmín grandiflorum, neroli— no adornan. Sostienen.

 

En lugar de un jardín, ofrecen sombra fresca, perfume de altar.

 

El alma verde la aportan el heno francés y la flor de saúco, cargados de cumarina natural. La dulzura es seca, áspera, como la de un papel viejo que guarda secretos.

 

Las únicas especias son las justas: clavo y nuez moscada.

 

Y cuando parece que todo está dicho, llegan las sombras:

 

Cedro, labdanum, musgo de roble vintage, guaiac antiguo, white kinam, tinturas de ámbar gris, civeta y castoreum.

 

Oscuridad. Profundidad. Duración. Instinto.

 

Kashmir no busca complacer. Busca dejar huella.

 

Un perfume dulce, floral, amaderado y animal —sí—, pero también un recuerdo sólido de lo que alguna vez fue lujo verdadero.