Jazmin Grandiflorum Absoluto - India
Jazmin Grandiflorum Absoluto - India
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Absoluto de Jazmín Grandiflorum: La Esencia de la Flor Reina en Perfumería
¿Qué es el Absoluto de Jazmín Grandiflorum?
El jazmín grandiflorum (Jasminum grandiflorum), también conocido como jazmín español, es una de las especies más valoradas en perfumería por su fragancia intensa y exótica. Originario de regiones como India, Egipto, Italia y Francia, este jazmín se cultiva extensamente en climas cálidos y soleados, ya que es sensible al frío .
El absoluto de jazmín grandiflorum se obtiene mediante extracción con disolventes de las flores frescas, un proceso que preserva su perfil olfativo complejo y embriagador. Se necesitan miles de flores para producir una pequeña cantidad de este absoluto, lo que lo convierte en un ingrediente precioso y altamente concentrado .
Perfil Olfativo: Una Sinfonía Floral y Sensual
El aroma del absoluto de jazmín grandiflorum es una sinfonía de notas florales dulces, sensuales y afrutadas, con matices verdes y un fondo ligeramente animal. Su fragancia es más suave y etérea en comparación con el jazmín sambac, aportando profundidad y calidez a las composiciones perfumísticas .
Este jazmín despliega su máxima intensidad aromática durante la noche, cuando sus flores se abren y liberan su característico perfume embriagador y narcótico. Esta cualidad lo hace ideal para notas de corazón en perfumes, donde aporta una riqueza y sensualidad inigualables .
Usos en Perfumería: Un Ingrediente Versátil y Transformador
En perfumería, el absoluto de jazmín grandiflorum se utiliza para crear fragancias sofisticadas y envolventes. Su capacidad para equilibrar notas frescas y cálidas lo convierte en un componente esencial en perfumes tanto femeninos como masculinos. Además, su aroma complejo y duradero permite que una pequeña cantidad transforme por completo una fórmula, aportando una dimensión floral rica y profunda .
Absoluto de Jazmín Grandiflorum – Flor de Noche, Piel de Luz
No todas las flores se prestan a ser atrapadas. Algunas huyen del calor, se desvanecen al contacto.
El jazmín grandiflorum no se destila.
Se seduce. Se convence. Se recoge antes del alba y se lleva al laboratorio como quien lleva entre las manos el comienzo de algo sagrado.
Y aún así, la mayoría de los absolutos son apenas una insinuación. Un intento. Una sombra de lo que fue.
Pero este no.
Este huele a flor viva.
A flor dulce, carnal y melosa, como la que te asalta por los patios de la Alhambra en verano, cuando el aire ya no huele a piedra sino a deseo.
Es un jazmín que no grita con polvos blancos ni se ahoga en alcohol. Es jazmín real.
En la salida, tiene esa nota casi frutal, fresca, femenina sin maquillaje. Y luego… esa curva embriagadora. Esa sensualidad que no se aprende, solo se respira.
Una gota transforma.
No necesita presentación ni explicación. Sólo necesita espacio. Le das una nota, y él escribe la melodía.
No es barato, no. Pero es generoso. Te da más de lo que parece.
Este es jazmín de verdad.
No una idea. No una copia. No un eco.
Una flor atrapada en su mejor noche.
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