Absoluto de Vainilla

Absoluto de Vainilla – El susurro oscuro de la orquídea

Olvídate del helado. Esta vainilla no es una golosina: es una presencia.

Su aroma no viene con risas infantiles ni nata montada. Viene con el peso de la tierra húmeda, el misterio de la madera oscura, el calor de una piel que ha amado. Es dulce, sí, pero no de azúcar: dulce como el humo lento de una resina quemada, como el aliento de una biblioteca antigua, como un licor espeso que mancha el alma.

Es terrosa, especiada, amaderada. Y es peligrosamente sensual. Un hilo de esta vainilla puede transformar una fórmula: la redondea, la abriga, la eleva. Pero cuidado: una gota de más y se la traga entera. Porque esta vainilla, cuando habla, quiere el escenario solo para ella.

Es una nota que se respeta. Y cuando se respeta, hace magia.